No sólo fue rica en cantidad sino en calidad, creatividad, originalidad y tanto más.
Inspirada en Sicilia, en su geografía, su mar y su sol, su gente tan auténtica, una real fusión de artesanía y moda donde estuvo presente toda la tradición de esa región de Italia, la pintura en cerámica, la cestería y el teatro callejero.
Color, mucho color para unos géneros que eran pinturas, que contaban historias y transmitían vida y alegría en esas máscaras, en las flores, en los paisajes...Rayas de colores que simulaban las toallas tiradas en las playas de Taormina o Mondello.
Vestidos con algo de los 50, shorts de tiro alto, camisolas muy "Dolce Vita" donde las mangas toman volumen, encajes, bordados y lienzos, todo con esa estética tan maximalista, barroca y tan italiana...
Únicos y talentosos los diseñadores homenajearon su Italia profunda.
Fotos: Vogue Espana
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